El tratamiento del VIH se basa en el uso conjunto de tres o más medicamentos para tratar la infección por el VIH. Estos fármacos se llaman antiretrovirales, ya que el VIH pertenece a una familia de virus denominada “retrovirus”.

Algunos fármacos antirretrovirales se encuentran combinados en un único comprimido. Actualmente, existen varias combinaciones de tratamiento completas que se administran en un único comprimido de una sola toma diaria.

Tomar los antirretrovirales tal como han sido prescritos permitirá reducir la cantidad de VIH en el organismo a niveles ínfimos –lo que se denomina “tener carga viral indetectable”-. No obstante, el tratamiento no permite eliminar completamente el virus de tu organismo: el VIH permanecerá oculto en algunas células, lo que hace que la infección se establezca de manera prolongada o crónica.

Tener la carga viral indetectable gracias al tratamiento antirretroviral permite mantener una buena salud y, al mismo tiempo, evitar que el virus se transmita en las relaciones sexuales. Es decir, el tratamiento no solo protege la salud de la persona con VIH, sino también la de sus parejas. 


¿CÓMO FUNCIONA EL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL?

 El tratamiento frente al virus del VIH actúa evitando que el virus se reproduzca en las células, es decir, impide que el VIH utilice la maquinaria celular para hacer copias de sí mismo. Gracias al efecto de la medicación, la carga se reduce a niveles muy bajos y, entonces, el sistema inmunitario (incluyendo los recuentos de CD4) tiene la posibilidad de volverse a fortalecer.  

Cuando no se toma un tratamiento, el sistema inmunitario trabaja de forma acelerada. El VIH infecta a las células CD4 para realizar más copias de sí mismo. El organismo produce nuevas células CD4 para combatir el virus, pero el VIH simplemente utiliza esas células para seguir reproduciéndose. Es como un círculo vicioso que resulta difícil de romper.

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